lunes, 23 de enero de 2012

Susurros

A veces, sin saber por qué, cierro los ojos y pienso en ti.

Me pasa más desde que me he mudado. Cuando intento dormir por las noches miles de recuerdos invaden mi mente. Recuerdos que no vienen a cuento. A veces buenos, a veces malos. A veces tristes o felices. Pero me pasa muy a menudo.

A veces, cuando estoy trabajando, algo o alguien hace que me acuerde inevitablemente de ti. Y me dan ganas de llorar. De gritar, de explotar. Pero me callo. Me callo y finjo que todo va bien.

Y a veces, como esta mañana, recuerdo algo de súbito. Algo importante, algo de ti. Algo que creía haber olvidado, y que ahora necesito. Como si me lo hubieras susurrado al oído.




Sé que Dalton te hubiera adorado...

lunes, 2 de enero de 2012

Propósito 2012: Comerme el mundo

Cuando acabó el 2010 hice una lista de buenos propósitos. El 2011, sin embargo, ha pasado más rápido de lo que me esperaba (será eso de que cuanto más mayores, más rápido pasan los años...) y no me ha dado tiempo a cumplirlos todos.

A mi favor, diré que he cumplido algunos de ellos, como independizarme, ponerme en forma y comer mejor, y dejar de dar clases. He viajado, aunque no tanto como me gustaría, y he intentado relativizar todos los problemas y mantener una actitud positiva. Aunque no siempre lo he conseguido, claro. Que somos humanos y algo desequilibrados...

No he empezado a escribir mi novela, no he cambiado de trabajo y no me he apuntado a francés ni a ningún otro curso. Craso error, lo confieso. Este año quedan pendientes, y tendré que esforzarme ¡¡¡¡¡¡¡¡al máximo!!!!!!!!

También he cumplido objetivos que ni me había propuesto... Este año he tenido un perro en casa por primera vez en mi vida, y fue así, sin comerlo ni beberlo, de la noche a la mañana. También he afianzado nuevas amistades, y me he unido más a mis hermanas. Cosas que no me había propuesto, pero que han sido protagonistas en 2011.

Sea como sea, hemos vuelto a cambiar de año. Empezamos el 2012, un año en el que no se acabará el mundo (hay que entender el calendario maya y no ponernos apocalípticos), pero que seguro que pasará igual de deprisa que el anterior. Ante el paso del tiempo, lo único que podemos hacer es intentar ser felices, levantarnos cada día con ganas de comernos el mundo, y disfrutar de cada segundo como si fuera el último. Esto, probablemente, es lo más difícil. Pero yo seguiré intentándolo, con vuestro permiso...




Feliz 2012... Allí donde estés.