viernes, 23 de noviembre de 2012

Distancia

Hace mucho que no escribo. No sé por qué.

Hay días que me pongo delante del ordenador e intento agrupar todos los pensamientos que se me pasan por la cabeza. Pero no puedo. No me sale, no me inspiro... No lo sé.

Tampoco es que pueda decir que últimamente estoy triste. Tengo mis días, como todos. Tampoco es que haya estado especialmente ocupada, la verdad. Simplemente es que no me nacía de dentro.

He llegado a cuestionarme qué sentido tiene escribir todos mis pensamientos en un blog. Al fin y al cabo, casi nadie los lee. Otras veces creo que precisamente por eso necesito (NECESITO) escribir aquí. Porque la mayoría de la gente que conozco nunca me lee.

Creo que he cambiado tanto que a veces no me reconozco. Y otras veces pienso que son las personas que tengo a mi alrededor las que se han transformado. Ya no puedo reconocer a muchos de los amigos con los que crecí. A veces tengo miedo de perderlos. O de ya haberlos perdido.

Hace un tiempo leí que hay personas que son más viejas por dentro que por fuera. Yo me siento así. Estoy más cómoda rodeada de gente más mayor que yo, que de gente más pequeña. Miro a mi alrededor y opino, y juzgo, y pienso. Y descubro que no tengo nada que ver con algunas personas.


También podría hablar de la situación social, económica y política de este país, que se hunde por momentos mientras algunos intentamos mantenerlo a flote a duras penas. Pero eso me da para otras entradas.