Todos tenemos nuestros propias fantasmas.
Los míos tienen nombre. Tu nombre y tus apellidos.
A veces por la noche tardo una hora en dormirme. A veces tengo que taparme la boca para no gritar, para no despertar con mi dolor a la persona que duerme a mi lado.
A veces tengo miedo de dejar de echarte de menos. A veces duele demasiado añorarte tanto.
El tiempo sigue pasando. Las personas siguen andando. Y el mundo sigue girando.
Y la gente se sigue muriendo.
Como tú. Hace ya tantos (y tan pocos) años.
P-D: Una vez fuiste niña. Y eras la niña más bonita del mundo.