No dudaría lo más mínimo en defenderlas de cualquier tempestad o tormenta . Y sé que ellas tampoco lo dudarían nunca. Es una relación totalmente incondicional, que te anima en los malos momentos, te arranca una carcajada, o te deja divagar mentalmente cuando lo necesitas.
Que no te juzga. Que te entiende y te comprende. Que es simple y natural. Auténtica.
No he conocido personas más grandes que ellas. Porque sí, claro, estoy hablando de mujeres. De mis novias. Aunque, a este paso, terminaremos siendo esposas.
Esta entrada se la quiero dedicar a una de ellas. Porque agosto está siendo su mes. Porque se lo merece más que nadie.
Y porque, no sé explicar cómo, cuando ella está feliz nos llena de felicidad a las demás.
Me encanta esta foto, creo que es una de las más divertidas del mundo...