domingo, 27 de enero de 2008

Razones

Estoy cansada de luchar por verdades que nadie quiere escuchar. De agotar mi voz hasta que me ahogo sola discutiendo con la nada. Cansada de creer que todavía puedo cambiar el mundo. Si no pude hacerlo entonces, no creo que ahora pueda.

Puedo gritar desgañitándome aún cuando sé que tengo razón, y sin embargo no hay nadie al otro lado que me escuche. Me duele la garganta de callarme las verdades que ayer tenía que haber clamado ante mi imagen. Me duele la lengua de mordérmela cuando quiero que quede bien claro lo que pienso.

Y no sirve de nada. Ni callarme en el momento más inoportuno, ni escupir a la cara mi sinceridad. Podría golpear hasta la extenuación con la piedra de la realidad sobre los cuerpos de todos aquellos que nunca quisieron darme la razón, y aún así seguirían negándome en consideración.


Image Hosted by ImageShack.us


Parece que lleve toda la vida persiguiendo un imposible. Que la gente con menos razón atienda a razones...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Las personas son irrazonables, ilógicas y centradas en si mismas,
amalas de todas maneras. . . Te suena? a veces es muy dificil poner la cordura que a otros les falta, se supone que tienes ke seguir intentandolo, pero tu no eres la madre teresa de calcuta verdad?.. . .

Anónimo dijo...

enhorabuena por expresar...

te acompaño en tu rabia, pero sigue luchando por cómo eres tú.Nunca puedes ser infiel a tus pensamientos.

Cuidate, besitoO

eFe dijo...

nunca atienden a razones


tengan o no tengan razón



un beso!

M dijo...

No se sabe dónde para la razón o la verdad absoluta, pero si algo está claro es que está muy lejos de quienes creen poseerla.

La receta es dudar, rectificar, vacilar antes de dar un paso, porque es preferible quedar como un patito mareado que sobrepasar el borde del precipicio.

En fin, lo típico.

Todos cometemos errores. Algunos hacen lo posible por subsanarlo. Y quiénes son unos y quiénes son los otros es una discusión eterna, quizás la más larga de la Humanidad.

Un beso que ya no huele a Marlboro de mi parte