miércoles, 18 de junio de 2008

Nadie como ellas

Vamos a comernos tú y yo el mundo... Vamos a esquivar la soledad...

Quería dedicar esta entrada a dos personas que nunca la van a leer. Pero quizás sea eso lo que las hace tan especiales.

Me acompañan desde que tengo uso de razón. Aunque por caminos diferentes. Sin embargo, un día decidí juntarlas a las dos y me salió un berenjenal tremendo.

Durante un tiempo fuimos inseparables. Luego, un día, todo cambió. Mi vida cambió. Y aunque hace tiempo que estamos volviendo a ser lo que éramos, aún tenemos mucho camino que recorrer juntas. Porque de una me separó y me volvió a unir el destino. Y de la otra nunca me alejé.

Las tres tenemos que volver a ser lo que éramos, pero nos hemos hecho demasiado mayores para ponérnoslo fácil.

Una es pelirroja y la otra es morena. Una tiene el pelo corto y la otra lo tiene largo. Una tiene los ojos verdes, y la otra marrones. Con una hice la comunión y con la otra me hice atea. Una es un año y un día más vieja que yo, y la otra se empeñó en nacer dando la campanada.

Eso sí, ninguna de las dos es excesivamente cariñosa. Pero yo sé que me quieren. Tanto o más de lo que las quiero yo.

Porque sí. Porque me da la gana. Porque no existe nadie como ellas.

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3 comentarios:

eFe dijo...

es bonito

y curioso que estos días me esté pasando algo parecido


no las sueltes nunca

M dijo...

Ay qué majaaaa
Al principio de entrar en el blog pensé que me había confundido, ¡no me ubicaba en el verde!

Pues como te dice efe no sueltes nunca tu extremo de la cuerda, que por mucho que se aleje el otro siempre podrás volver a tirar de ella

carmen jiménez dijo...

Los tríos siempre son complicados:))