miércoles, 23 de julio de 2008

Quiéreme

Tus brazos, fuertes, lo rodean todo. Tus manos, grandes, me acarician el pelo. Tus labios, finos, rozan los míos.

El miedo no existe. El dolor tampoco. La sangre y la muerte son heridas incurables que un día de invierno, hace ya mucho tiempo, se extinguieron en tus besos.

Los sueños crecen. Las lágrimas humedecen mi rostro, que apenas puede contenerlas, mientras mi vientre, cálido, se encoge hacia dentro.

El viento tiene nombre. Tu nombre. Y repiquetea en mi cabeza noche y día, y mañana y tarde, y ameneceres y crepúsculos, mientras tus ojos no dejan de mirarme.

No dejes de mirarme. No vuelvas la vista atrás. No gires la cabeza hacia delante. Sólo siente. Escucha, ama, anhela. Solo mírame. Sólo siénteme.

Sólo quiéreme.

4 comentarios:

P.Mogica dijo...

Precioso, hay veces que me da vergüenza escribir al ver cosas como lo que has escrito tu. Expresas lo que quieres sin miramientos gramaticales ni mediciones de ningún tipo, cosa que adoro.Adoro la libertad del poeta.Enserio muy buen texto.Espero que nos escribamos mutuamente.
un cálido saludo

P.Mogica dijo...

¿Un problema con la luna?
Espero que no sea grave, la luna esta llena de muchas cosas pero de problemas ;)
un calido saludoo

eFe dijo...

tan sólo quiéreme


parece poco ... pero es tanto!

carmen jiménez dijo...

¡Qué precioso poema de entrega! En el amor caben todos los sueños, todos los miedos, todas las heridas...