Podría caminar horas y horas junto al mar, o bajo la tibia brisa del otoño, siempre que tu recuerdo acompañara mi memoria.
Porque un día te hice daño y todavía lo estoy pagando. Porque aunque me perdonaras desde el primer día, yo aún no me he perdonado.
Porque tus besos saben a caramelo.
Si cierro los ojos te puedo respirar.