¿En qué momento me he hecho mayor y no me he dado cuenta?
Añoro cada momento que pasaba como una cría en esas pistas.
Añoro cada instante en el que cada día era una alegría.
Se me ponen los pelos de punta al ver que nadie más baja a jugar...
No debería echarlo de menos, pero lo hago... A veces, aunque sólo a veces...
Supongo que nada ni nadie me había preparado para hacerme mayor.
¿Dónde están todos esos sueños con los que jugábamos de niñas?
Ahora miro tristemente por la ventana para ver las canchas siempre vacías.
Me gustaría coger el teléfono, bajarme de nuevo.
Sentarme en esa montaña que nos vio crecer a todos...
... y que ahora llora porque nos perdimos por el camino.
3 comentarios:
nadie nos enseña a crecer
aprendemos a base de tiempo
¿En qué momento dejamos de creer que Garbancita es de verdad y que si nos pegamos un chicle detrás de la oreja podremos volar?
Echo de menos las tardes de playa enterrándome en la arena hasta las coletas y las mariquitas recortables...
Un beso, niña grandee!
Qué bueno que no soy la única! Encontré tu blog de casualidad...y ando en la misma situación; la de no saber qué soy...estamos entre un extreo y el otro, en el medio del puente. Pero algo es seguro: nunca vamos a dejar de crecer...nunca vamos a dejar de añorar y sufrir. Pero la vida no solo es sufrimiento. Los momentos buenos a la larga te hacen entender por qué está bueno que tengas esta vida, por qué es escencial que uses la vida y la moldees a tu gusto aprendiendo también a convivir con otro tipo de personas...
Que tengas una linda vida, llena de magia y sueños infinitos...
Rupi
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