El mundo sigue. La vida no se detiene y yo a veces necesitaría que todo dejase de dar vueltas.
La echo de menos. Y me cabreo. Tengo ganas de gritar, de llorar, de explotar, de pegar a todo aquel que se me cruce por delante. Quiero acabar con la existencia tal y como la conocemos, y que nada ni nadie se cruce en mi camino.
Porque a veces lloro. Pero otras muchas solo estoy derrotada.
3 comentarios:
ánimo
gracias por tu abrazo
otro para ti
mucha fuerza,.
un abrazo muy fuerte
Mientras el llorar nos levante, no hay que tenerle miedo.
:)
Publicar un comentario