domingo, 14 de octubre de 2007

Mermelada

Aquella noche se durmió llorando. Con un manto de color plata a la espalda. Con el reflejo de la luna sobre su cara. Si hubiera alguna manera de retroceder el tiempo...
Cuando despertó hacía frío y él no estaba. No sabía exactamente donde había ido, pero algo le decía que no iba a volver. Se habían cansado de luchar. Cada noche con la almohada y cada día consigo mismos. Esta vez la discusión había sido demasiado fuerte para pasarla inadvertida. Esta vez no podrían volverse a despertar con una sonrisa y abrazarse sin sentido hasta olvidarlo todo. Esta vez no había vuelta atrás.
Se levantó. Recogió su ropa desperdigada por el suelo, y se vistió. Cerró los ojos y respiró por última vez el aroma de su cuerpo, que aún impregnaba la habitación.
Sobre la mesa había una nota escrita en color malva:
"Lo siento. No pude más."

Sus labios son del color de la mermelada.
Y su boca sabe a fresas con nata.

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4 comentarios:

eMe dijo...

Y qué se hace ante eso?

Me ha dolido casi físicamente tu episodio... qué bellamente triste!


[encantada de que me hayas descubierto tu rincón]

Un beso enorme

Jorge M. Quintas dijo...

Bella prosa, bella manera de escribir, bella manera de transmitir...

Una suerte haber podido caer entre las profundidades de tu blog y un placer disfrutar de tus letras.

Un beso.

Anónimo dijo...

Te has cambiado de habitacion pero sigues viviendo en la misma casa. . . . . Como siempre tienes el don de hacer que lo triste se llene de belleza como dice eme. .Se te echara de menos por los espacios

Charlotte dijo...

Hayy dios que hermosooo, me hiso llorar.
Me encanto ♥