viernes, 12 de octubre de 2007

No me importa...

No me importa despertarme a las cinco de la mañana si con ello puedo dormir dos horas entre tus brazos.
No me importa que te vayas a las 11 porque madrugas si he podido disfrutarte todo el día.
No me importa que me hagas de rabiar, porque siempre lo compensas con un beso.
No me importa que me cojas en tus brazos con ademanes de tirarme al suelo, porque sé que nunca me dejarás caer.
No me importa que tengas las uñas largas, porque me gusta jugar con ellas.
No me importa que no te peines, porque tú me despeinas cada vez que me abrazas.
No me importa que cortes mal el pavo, porque siempre me haces un sandwich de queso.
No me importa que no me compres cosas caras, porque me dedicas canciones y entradas.
No me importa no poder quedarme en tu casa, porque siempre podremos ir al paraíso a estar solos.
No me importa donde esté ese paraíso: a veces bajo tu edredón, a veces bajo el mío.
No me importa que parezca que somos despegados. Es porque nos gusta echarnos de menos.
No me importa que me estreses, porque a veces me da el punto y lo hago yo.
No me importa que me convenzas para ver el baloncesto, porque yo también te obligo a ver mis series.
No me importa que ya no estemos en el principio. Lo que importa es que no tenemos final.
No me importa que hoy haya llovido todo el día, porque me parecen los días más románticos del mundo.
No me importa nada de todo eso, porque lo que me importa eres tú...

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