viernes, 12 de octubre de 2007

Noches de verano

La noche lo envolvía todo. El susurro de las nubes y el silbido del viento acunaban su reflejo. Abrió los ojos. Todo aquello parecía poco más que un vago sueño. La habitación a oscuras, el calor humano, la luna cotilleando desde la ventana. Su pecho latía con fuerza. Sus manos temblaban de emoción. El cansancio quería sumergirla de nuevo en un profundo sopor que la apartara de sus cavilaciones. Con gran esfuerzo mantenía los ojos abiertos. Debían ser como las 5 de la mañana. Deseaba dormirse a su lado, pero tenía miedo de que al despertar todo se hubiera evaporado... Corría el verano de 2004 y ella era realmente feliz... Ajena a lo que la deparaba el futuro...

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